La vigorexia, como trastorno mental, surge como resultado de diversas causas que pueden influir en su desarrollo. A continuación, se explorarán los factores personales y familiares, así como las influencias sociales y culturales que pueden contribuir a la aparición de la vigorexia.
Factores personales y familiares
- Baja autoestima: Las personas con una baja autoestima son más propensas a buscar validación a través de la apariencia física y el logro de modificar tu cuerpo.
- Perfeccionismo: Aquellos individuos que tienden hacia el perfeccionismo pueden sentir una presión constante por alcanzar la perfección en su aspecto físico.
- Experiencias traumáticas: Experiencias traumáticas en la infancia o la adolescencia, como el acoso o el rechazo, pueden desencadenar una búsqueda obsesiva por controlar y mejorar el propio cuerpo.
- Dinámica familiar: Familias en las que se enfatiza mucho la importancia de la apariencia física o donde hay expectativas elevadas en cuanto al rendimiento deportivo pueden influir en el desarrollo de la vigorexia.
Influencias sociales y culturales
- Estándares de belleza: La sociedad actual promueve la idealización de cuerpos con una estructura especifica del cuerpo como símbolo de belleza y éxito. Estos estándares pueden generar una presión para cumplir con estas expectativas, incluso a costa de la salud.
- Influencia de los medios de comunicación: La constante exposición a imágenes de cuerpos perfectos y «deportivos» en los medios de comunicación puede influir en la percepción distorsionada de la propia imagen corporal y alimentar la obsesión por alcanzar un cuerpo similar.
- Subculturas y grupos de referencia: Algunas subculturas y grupos de referencia promueven y valoran el culto al cuerpo y la búsqueda de una apariencia física muy «deportiva», lo que puede incentivar la aparición de la vigorexia.
Prevención de la vigorexia
Educación de aceptación sobre el cuerpo y la imagen corporal.
Para PREVENIR LA VIGOREXIA, es fundamental promover una educación de aceptación corporal desde edades tempranas. Esto implica brindar información adecuada sobre el cuerpo y la imagen corporal, explicando que la belleza no se limita a una única forma o tamaño. Se debe enseñar a apreciar la diversidad y a aceptar las diferencias individuales.
Otro aspecto clave en la prevención de la vigorexia es promover la aceptación y valoración de uno mismo. Esto implica trabajar en el fortalecimiento de la autoestima y en el desarrollo de una imagen corporal positiva. Es importante que las personas aprendan a reconocer y valorar sus propias cualidades más allá de su apariencia física.
La prevención de la vigorexia también requiere fomentar una cultura del ejercicio físico equilibrada y saludable. Se debe promover la idea de que el ejercicio es una actividad que aporta beneficios para la salud y el bienestar, y no solo para alcanzar una apariencia corporal ideal. Es necesario evitar la obsesión por el entrenamiento excesivo y animar a realizar actividad física de forma moderada y placentera.
Tratamiento de la vigorexia
- El tratamiento de la vigorexia se enfoca en ayudar a los individuos a modificar su conducta y perspectiva sobre su cuerpo. Existen diferentes abordajes terapéuticos que pueden ser efectivos en el manejo de este trastorno.
- Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual es uno de los tratamientos principales para la vigorexia. Se centra en identificar y cambiar los pensamientos distorsionados y las creencias desagradables relacionadas con la imagen corporal y el ejercicio físico.
- Terapia familiar
- Complicaciones físicas del ejercicio excesivo y uso de anabolizantes